Por muy bien que tengamos planificados nuestros entrenamientos siempre aparecen imprevistos y podemos perder un día de entrenamiento, ¿qué hacer en estos casos?. Mucha gente opta por recuperar ese entrenamiento al día siguiente, es decir, si ayer tenía carrera continua de 10 kilómetros y hoy 6 kilómetros en series lo hago todo junto. Desde luego no es la mejor opción, si simplemente has perdido un día, pasa al siguiente, no va a pasar nada.
Recuperar entrenamientos perdidos puede hacer que se acumule más fatiga de la cuenta y rompa el ciclo de entrenamiento-recuperación, sobrecargando nuestros músculos o sistema cardiorrespiratorio. También podemos optar por hacer al día siguiente el entrenamiento perdido e ir retrasando un día los restantes. Aqui hablamos de cualquier tipo de entrenamiento, ya sean pesas, cardio o entrenamientos de un deporte específico.
Puede darse el caso de que ese entrenamiento perdido sea de calidad y no queremos que caiga en saco roto. Entonces siempre está la opción de quitar esa semana uno de los entrenamientos más flojos o el día de descanso activo para recuperar el que nos interesa. Lo que no podemos es acumular ese entrenamiento perdido en sesiones posteriores porque lo mejor que puede pasarnos es que nos fatiguemos en exceso y lo peor que se produzca una lesión.
Este suele ser un error también de gimnasio al hacer pesas, si ayer me tocaba pecho y no pude venir al gimnasio hoy lo hago junto a mi rutina y así la recupero. Por un día que nos saltemos la rutina no va a pasar absolutamente nada, incluso hay veces que viene bien para que el cuerpo tenga una sesión más de relax y recuperación.
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