Cada vez son más los aparatos que salen al mercado capaces de incidir directamente en un grupo muscular u otro haciéndonos la vida más fácil. La colocación de los individuos y la postura correcta es algo que tienen mucho en cuenta, aunque no siempre nos colocamos en las máquinas como es debido.
Muchas personas cuando realizan los diferentes ejercicios marcados en la rutina en lo que simplemente reparan es en elegir la máquina en la que les va a tocar trabajar, colocarse en ella sin pensar si lo están haciendo bien o mal, y levantar la carga. Por fortuna casi todas las máquinas están preparadas para predisponer nuestro cuerpo a ese ejercicio al obligarnos a adquirir una determinada postura, pero a pesar de esto es necesario que cuidemos algunos puntos.
En primer lugar es necesario que siempre tengamos en cuenta la colocación de la espalda. Hay que respetar la forma de la columna, pero siempre debemos apoyarla en el respaldo para evitar movimientos en falso que pueden no solo desviar la tensión del ejercicio a otras partes del cuerpo, sino que pueden hacer que padezcamos daños en la espalda, y es que la columna es una parte importante para todo deportista, y por ello debemos cuidarla en todo momento, ya que con ella intervenimos en casi todas las rutinas y es necesario que la mantengamos sana.
Una cosa a tener en cuenta es que las máquinas están diseñadas para todo tipo de personas, que serán las que acudan al gimnasio a entrenar. Por este motivo se trata de aparatos impersonales que nosotros debemos acomodar a nuestra fisonomía, ya que no todos tenemos el mismo tamaño de brazos, de piernas, la misma movilidad en una parte del cuerpo o en otra… Por ello casi todas las máquinas suelen traer reguladores que nos permitirán adaptar el asiento, el respaldo, los apoyapiés… a nuestras características. Es importante que destinemos unos minutos a colocar esto, ya que de este modo lograremos hacer el ejercicio mucho mejor y sin riesgos.
A la hora de realizar el movimiento que nos guiará la máquina es necesario que en todo momento nos encontremos cómodos y lo llevemos a cabo sin dificultades. Es cierto que muchas veces un determinado movimiento nos molesta o duele. En estos casos debemos dejarlo ya que o la máquina no la hemos adaptado de la manera correcta, o ese movimiento no es el adecuado para nuestro cuerpo y la movilidad del mismo. Por ello es necesario que siempre realicemos un movimiento de prueba con poca carga para adaptarnos al movimiento, y sobre todo cuando es la primera vez que realizamos esa rutina.
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