El peso muerto es uno de los ejercicios básicos de musculación que todo el mundo debería hacer.
La pega que le ponen los que no realizan peso muerto es que puede ser lesivo: todos los ejercicios son potencialmente lesivos si los realizamos con una mala técnica, no es algo exclusivo del peso muerto. Y como la técnica es lo más importante, estas son las tres claves para realizar un peso muerto perfecto.
En todo momento nos referimos al peso muerto convencional, el que se realiza con las rodillas ligeramente flexionadas.
Posición de partida correcta: debemos colocarnos muy muy (pero muy) cerca de la barra. Metemos los pies por debajo, y la barra debe caer a mitad del pie (sobre el empeine, básicamente). Además, las puntas de los pies deben mirar ligeramente hacia fuera.
Agarramos la barra y acercamos las pantorrillas hacia ella. De este modo las rodillas se flexionan ligeramente.
Sacamos el pecho hacia fuera. Este es el quid de la cuestión: la mayoría de las veces lo que solemos hacer es llevar las caderas hacia abajo, y lo que esto provoca es que elevemos la barra hacia delante y no hacia arriba de forma vertical, que es la realización correcta del peso muerto.
La barra no debe perder contacto con nuestro cuerpo en todo el recorrido y hay que realizar una buena activación del abdomen realizarás una técnica perfecta de peso muerto, sin riesgo de lesión.
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