sábado, 15 de marzo de 2014

Cálculo sobre ganar masa y perder músculo

Es casi imposible subir músculo a la vez que se pierde grasa, vamos eso de hacer dieta hipocalórica y que te crezcan los músculos es tan probable como tener un accidente aéreo, y sin embargo, en muchas ocasiones, las matemáticas sobre ganar masa y perder músculo nos juegan una mala pasada.
Seguro que más de uno tiene un amigo, un primo o incluso él mismo que jura y perjura que ha ganado músculo mientras hacía dieta hipocalórica, es decir, mientras hacía dieta de definición, y, por descontando, también jura y requeteperjura que no había usado esteróides, pero aquí están las matemáticas para sacarnos de dudas.

Dos excepciones que no cuentan
Por un lado están los neófitos, esas personas que nunca antes había realizado un ejercicio enfocado a la hipertrofía, ni a la fuerza ni a nada que se le parezca. Estas personas van a conseguir ganar músculo mientras quitan la grasa, por mucho que sorprenda.
Esto es debido a que los músculos van a reaccionar al efecto de ese entrenamiento “hipertrófico” tonificándose, con lo que ganarán algo de tamaño, mientras el cuerpo, sorprendido, aumenta el metabolismo y usa mucha de esa grasa almacenada como energía. El problema es que una vez se llega a tonificar el músculo y a tener un porcentaje de grasa normal (en torno al 15%) este efecto mágico de crecer y perder grasa desaparece.
El otro caso es el de personas con una genética espectacular, son personas que sin haber hecho pesas antes ya tienen un cuerpo musculado, su genética es tal que pestañeando (irónicamente hablando) crean músculo sin mucho esfuerzo, pero este porcentaje de población es ínfimo.

Las matemáticas entran en juego
Entonces, ¿porque puede ser que, personas de buena fe, aseguran que ellos lo han conseguido? (apuntar que hablamos de hacer ambas cosas simultáneamente, no de hacer minietapas de volumen y definición y que el resultado a corto o medio plazo sea positivo).
Bien es aquí donde entran en juego los porcentajes y las matemáticas para demostrar que, seguramente, lo que ellos piensan un hito digno de admirar, ya que visualmente lo han hecho (estar más definido hace parecer que se está más grande) y porque los porcentajes de grasa con relación a la masa magra así lo aseguran, no es tal.
Para aclararlo vamos a poner un ejemplo básico:

  1. Tenemos un sujeto que pesa 100 kg y cuyo porcentaje de grasa es del 15% (15 kg), por tanto su masa magra es el 85% (85 kg de músculo, esqueleto, líquidos y vísceras aunque lo que más predomine es el músculo).
  2. El sujeto se marca una dieta hipocalórica (ingerir menos grasas de las que gasta) para definir mientras entrena intenso para “mantener” al máximo su cantidad de músculo.
  3. Tras un periodo en esta etapa ha conseguido bajar a un 10% de grasa con un peso de 90 kg (9 kg de grasa) y por tanto 90% de masa magra (81 kg de músculo, esqueleto, líquidos y vísceras)
El problema radica en que la gente se mide el porcentaje de grasa y calcula el porcentaje de músculo como masa magra, y sólo se fija en eso porcentajes: el sujeto ha bajado a 9% de grasa partiendo de 15%, y ha pasado del 85% de masa magra al 90%, por tanto viendo esto cabría pensar que ha perdido grasa y ha ganado masa magra.
Pero no hay que fijarse en los porcentajes, hay que tener en cuenta la oscilación en el peso del sujeto, ya que, ésta, ha bajado. El resultado es que ha pasado de 15 kg a 9 kg de grasa, pero también de 85 kg a 81 kg de masa magra, es decir, ha conseguido definir (perder grasa y perder el menos músculo posible) pero no ha ganado musculo mientras definía.
A todo esto, además, habría que sumarle la variación del porcentaje de líquidos que puede aumentar dependiendo la dieta que se siga, los electrolítos, diuréticos o suplementos (por ejemplo la creatina retiene líquidos intracelularmente lo que hace que el músculo esté más grande).

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