Cuando asistimos al gimnasio debemos trabajar todas las partes de nuestro cuerpo para conseguir un equilibrio perfecto y evitar desequilibrios musculares que nos pueden pasar factura. Uno de los músculos que apenas tenemos en cuenta son los antebrazos, en los que apenas reparamos y que deben entrenarse al igual que el resto.
Muchas veces damos por hecho que los antebrazos se mantienen tonificados por sí solos sin nosotros hacer nada al respecto, y es que como cree mucha gente, simplemente entrenando otras partes del cuerpo los antebrazos se verán afectados. Nada más lejos de la realidad, y es que sí que es cierto que los antebrazos están implicados en numerosos ejercicios, pero no se les trabaja directamente, sino que reciben parte de la tensión del ejercicio, sin incidir directamente en ellos. Si observamos detenidamente casi nadie realiza un entrenamiento óptimo de los antebrazos. Sí que es cierto que los músculos que se encuentran en esta parte del cuerpo son muy pequeños, por lo que no debemos cargarlos en exceso. El ejercicio no debe ser excesivamente intenso, ni el peso que van a soportar es alto, pero sí que notaremos buenos resultados entrenando esta parte del cuerpo.
Conseguir unos antebrazos fuertes es más importante de los que pensamos, ya que nos ayudarán a mantener protegidas las articulaciones de las muñecas que en muchos casos son las que sufren la presión del ejercicio. Unos antebrazos bien entrenados no solamente mejorarán la salud de esta articulación, sino que también aumentarán nuestra potencia, algo que nos beneficiará a la hora de poder hacer frente a los pesos que vamos a utilizar en los entrenamientos.
Es necesario que a la hora de trabajarlos sepamos aislarlos perfectamente para conseguir un trabajo completo y que no sea el bíceps o el tríceps los que soporten la tensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario