En la dictadura, sin permiso policial, no se podían reunir más de 20 personas. Las autoridades franquistas no aceptaban el culturismo como deporte.
Durante el franquismo había que solicitar permisos policiales para realizar reuniones de más de 20 persona. El culturismo no era bien visto por las autoridades. La mayoría de las veces que se solicitaba el mencionado permiso para organizar un evento culturista era denegado. Así pues, muchas de las primeras competiciones se realizaron clandestinamente.
Todo empezó en 1940
La primera competición, en España, lo más parecido a lo que hoy entendemos como culturismo, se celebró, en Barcelona, en abril de 1940. Eran todos alumnos del gimnasio Tiberghein. El organizador fue el insigne profesor Gustavo Buesa que había solicitado un permiso policial para realizar un torneo de levantamiento de pesas y no de culturismo porque sabía que sería denegado.
El permiso fue concedido pero bajo supervisión policial. Cuando los inspectores abandonaron la mencionada competición de levantamiento de pesas, los atletas se desnudaron y mostraron sus cuerpos musculados. No realizaron las poses que hoy son obligatorias en un evento culturista pero sí alguna similar.
La revista Las Pesas creó una competición por correspondencia
Es relevante mencionar que en 1964 hubo una competición de culturismo. Fue el Mr. Las Pesas. Pero fue por correspondencia. Sí, los atletas mandaron sus fotografías, posando, y estas se publicaban en la revista Las Pesas para que un jurado determinase al campeón.
El primer Mr. Las Pesas fue el catalán Jaime Gallostra, con un volumen muscular óptimo, con un dorsal sobresaliente, 43 centímetros de brazo y 86 kilos de peso para su 1,76 de estatura. El jurado estuvo compuesto por José Sala, director de la editorial de la revista, Miguel Ángel Bastener, director de la mencionada revista y Mateo Peytibi, Mr. Marruecos, campeón de Le plus beau athlète du Nord du Marroc y redactor de Las Pesas
El culturismo moderno vino de la mano de Dino Camerlengo
Realmente el fisicoculturismo de competición, como hoy lo conocemos, se originó en 1965. La primera competición fue organizada por Dino Camerlengo, italiano afincado en Madrid. Dino fundó el gimnasio Heracles, considerado como el primer gimnasio culturista de la capital de España. Fue un gran promotor de competiciones culturistas. Y fue él quien organizó, en 1965, la mencionada primera competición: El Mr. Heracles, un trofeo entre los socios de su gimnasio. El primer ganador fue Carlos Rodríguez, en un evento organizado de forma clandestina y que no tuvo mucha repercusión.
El Mr. Madrid 1965 la primera gran competición
La primera competición culturista de relevancia, organizada en España, fue el Mr. Madrid 1965. Tal fue su repercusión que apareció una crónica referente en la revista Las Pesas. El público abarrotó la sala, al no ser un torneo social, el número de atletas fue mayor, representando a diferentes gimnasios. El evento fue presentado, de forma magistral, por Ignacio Abalia, gran especialista en dichas lides. Se celebró en los sótanos de una cafetería, en el madrileño barrio de Ibiza, y, también, de forma clandestina. El culturismo seguía siendo una actividad prohibida. Eran tiempos de dictadura y cualquier cosa podía ocurrir. Los competidores posaron subidos en las mesas del bar, sin depilar, con los slips Oceán, con las costuras pintadas para disimularlas. Dos compañeros culturistas vigilaron, a la puerta del local, por si venía la policía y avisar del peligro. El Mr. Madrid 1965 también fue organizado por Dino Camerlengo.
Amalio Lasheras se proclamó campeón absoluto
La competición se dividió en tres categorías por estatura y se vieron grandes desarrollos musculares, simétricos y proporcionados.
En la talla media ocupó la tercera posición Juan Manuel Iglesias del gimnasio Palas Atenea, segundo fue Mariano Domínguez, independiente y se alzó con la victoria Amalio Lasheras del I.N.C.E., un grandísimo campeón, con un desarrollo muscular espectacular. En la talla alta el actor José Luis Ayestarán del gimnasio Heracles quedó tercero, Raffik Mussallam también del Heracles alcanzó la segunda plaza y Carlos Rodríguez, del mismo gimnasio, quedó campeón. En la talla baja José Mollejo, representando al Heracles se hizo con la tercera plaza, Óscar Martín del I.N.C.E. alcanzó el segundo puesto. Campeón, representado al Heracles, fue Esteban Domínguez.
Amalio Lasheras, sin duda, el culturista más completo de todos, con unos dorsales, pectorales y brazos espectaculares, que medían 48 centímetros, se hizo con el absoluto. Su estrecha cintura acentuaba su espléndida forma en V. Entre el plantel de jueces destacaron Pedro A. Quiñónes, redactor de Las Pesas y Carlos Flórez que, años más tarde, junto con su mujer Ana Rosa Estepa, campeona del Mundo IFBB, montó el City Gym, uno de los gimnasios más emblemáticos de Madrid.
Las competiciones se normalizaron por todo el país
En el Mr Madrid 1965 participaron otros culturistas de la talla de Alberto García, José Viñas, Adolfo Robles o Salvador Ruiz. Y muy poco después se empezaron a organizar campeonatos por todo el territorio nacional. Eso provocó una normalización del culturismo y dejó de ser un deporte prohibido por las autoridades.
Fue el advenimiento de la edad dorada del culturismo español donde surgieron campeones de la talla de Salvador Ruiz, José Donato, Steve Shabaneh, Francisco del Yerro, Antonio Chaparro, Juan Carlos López, Ángel Illescas o Alfonso Gómez.
La fotografía de lo que se puede considerar como la primera competición social de fisicoculturismo en España. Fue en Barcelona, en abril de 1940. Eran todos alumnos del Gimnasio Tiberghein. El organizador fue el insigne profesor Gustavo Buesa.
El primer Mr. Las Pesas fue el catalán Jaime Gallostra.
Jaime Gallostra recibiendo el trofeo, de Mr. Las Pesas 1964, de manos de Mateo Peytibí
Dino Camerlengo, flanqueado por José Luis Benito y Steve Shabaneh, Mr Heracles 1976.
Ana Rosa Estepa y Dino Camerlengo
En los años noventa formaron parte del staff de la IFBB/España
Amalio Lasheras campeón absoluto.
Trofeo Francisco del Yerro 1986
Mariano Domínguez, Vicente Mena y Alberto García.
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